domingo, 23 de octubre de 2011

Preámbulo de un ensayo incompleto


Son muchas críticas las que van dirigidas a la ciencia económica, los matemáticos recalcan nuestras supuestas frustraciones suponiendo que nosotros los economistas queremos ser matemáticos, los científicos critican nuestra exactitud suponiendo que queremos ser exactos.



Quizás queramos ser matemáticos, científicos sociales, pero mas allá de todo punto polémico, el economista estudia una relación social, la interacción de los hombres con el único fin de maximizar su bienestar, siendo el campo económico el medio o contexto donde se desarrolla dicha carrera. La combinación de dos átomos de Hidrógeno y uno de Oxígeno siempre dará como resultado una molécula de agua, pero el ser humano siempre estará lleno de sorpresas y hay que tener un excelente conocimiento para ser capaz de estudiarlo. Una crítica que me ha dejado huella, proviene de aquellos ciudadanos participantes y protagonistas del MERCADO, los cuales argumentan que los discursos o explicaciones de los economistas son poco entendibles, digeribles.

Si dicha crítica fuera cierta en su totalidad, nos estaríamos alejando de nuestros propósitos de estudio, pues nuestro análisis sobre la economía política debe ser difundido en la población, para que esta comience a indagar, razonar y cuestionar el contexto económico y político inmerso en sus vidas. Por ello, y por muchas cosas implícitas en este pequeño preámbulo, considero innecesario emplear un lenguaje científico- matemático aplicado a la economía, o extender mi castellano a una oratoria compleja y sofisticada como la empleada por los grandes economistas.

Cuando analizamos como ciudadanos el contexto económico en el cual nos encontramos, nos quejamos, criticamos, pedimos soluciones, pero pocas veces nos preguntamos ¿por qué llegamos a ese contexto?, y es la iteración de la pregunta ¿por qué?, el camino básico para llegar al meollo del problema, y así encontrar soluciones y poder exigir no el cese del problema sin saber sus causas, sino el comienzo de las gestiones apropiadas para una óptima solución y ser nosotros mismos los auditores del proceso.