Dentro de lo que cabe, aceptamos la vida con sus infortunios, sus éxitos... pero así como comienza este ensayo, hablamos de ella como si fuese un "algo" ajeno a nosotros, a veces sin pensar que la vida la hacemos nosotros mismos.
las vivencias adquiridas condicionan nuestra personalidad, y al final llegamos a ser no mas que el resultado de un contexto, de una vida que hemos llevado y que a su vez somos nosotros mismos quienes la construimos, somos el resultado de experiencias, de vivencias, de sentimientos, pensamientos.. sin darnos cuenta, andamos por la calle expresando la vida que hemos llevado y que no es más que el producto de nuestras decisiones; cada vez que nos relacionamos a nuestra manera con las demás personas lo hacemos.
por ello no somos más que una retroalimentación, andamos expresando nuestras vidas a través de la personalidad, y con ello adquirimos mas experiencia y vamos condicionando la personalidad que usamos para vivir y relacionarnos con los demás.... pero, cuando acaba este circulo vicioso? .. para mi, nunca.
lo cierto es que nuestras vidas conllevan vivencias que quizás no son las mas deseadas, pero que a su vez las usamos para definir nuestro carácter, veamos; es común que en una conversación de penas y despechos siempre haya alguien que quiera contar una historia mas trágica que la que acabas de relatar en el momento, por qué?.. porque son esas malas experiencias las que ponen a prueba todo un entrenamiento, la que define tu experiencia ante las vivencias que brinda la vida, siendo la misma el resultado de tus decisiones, y cuando creemos que nuestra existencia es la peor de todas, siempre sale uno que la pinta peor que la tuya, no es que seamos masoquistas, es que a pesar de lo que aborrecemos nuestras desgracias no podemos vivir sin ellas, porque luego de haber superado aquellos obstáculos, la satisfacción es más grande que aquel que vivió en una monótona felicidad.
lo cierto, es que al juzgar la personalidad de otro, debemos pensar primero que aquella es el resultado de vivir, y que lo único que tenemos en común son esos instintos de los cuales algunas veces hasta nos avergonzamos, reprimidos por reglas sociales, condicionados algunas veces, y que solo podemos satisfacerlos indirectamente, a través de la imaginación, de nuestro espacio "personal".
Al leer estas consideraciones, pensaras por tu parte la posibilidad de preguntarme el fin de estas letras, pero eso seria como preguntarse cual sería la finalidad de la vida, y la vida no tiene finalidad; tal cosa sonará bizarra, pero no creo que ser ambicioso, o formarse para pertenecer a un sistema sea una finalidad, no creo que acumular materiales, bienes o cosas sea la finalidad de la vida, tampoco creo que lo sea tener dinero o lujos, ya que esas cosas son herramientas fundamentales para satisfacer nuestras pasiones de una manera diferida, y si eso es así, no es la herramienta una finalidad sino un medio que facilita o condiciona el camino para llegar a un fin.
Al leer estas consideraciones, pensaras por tu parte la posibilidad de preguntarme el fin de estas letras, pero eso seria como preguntarse cual sería la finalidad de la vida, y la vida no tiene finalidad; tal cosa sonará bizarra, pero no creo que ser ambicioso, o formarse para pertenecer a un sistema sea una finalidad, no creo que acumular materiales, bienes o cosas sea la finalidad de la vida, tampoco creo que lo sea tener dinero o lujos, ya que esas cosas son herramientas fundamentales para satisfacer nuestras pasiones de una manera diferida, y si eso es así, no es la herramienta una finalidad sino un medio que facilita o condiciona el camino para llegar a un fin.
