Pareciera que en la actualidad, la necesidad
de comunicación de navegadores web no tiene límites, condicionados a un espacio
donde el cerebro mediante una pantalla entra en interacción con un entorno
netamente virtual, coartando la posibilidad de que el cuerpo este
verdaderamente en contacto con la realidad, o en un sentido menos abstracto,
con la naturaleza y el hombre.
Las relaciones sociales se han limitado a la
interacción mediante páginas web, supeditadas a reglas que condicionan la
relación entre individuos, lo cual paradójicamente da lugar a un hecho: La
liberación de la expresión individual en un mundo globalizado pero limitado por
reglas e instrumentos que codifican la comunicación social.
La liberación de la expresión individual lo
vemos por ejemplo en los perfiles personales de innumerables páginas o sitios
en internet, donde las personas manifiestan todo aquello que desean mostrar a
los demás. Incluso el narcisismo se ha vuelto cotidiano, donde la popularidad
va de la mano con la exposición física de nuestra persona y con ciertas
ilaciones lógicas que nos hacen parecer inteligentes.
En base a lo anterior, sujetos comunes se
reúnen en espacios virtuales y crean comunidades, refugiándose de aquellos que
son diferentes, compartiendo puntos de vistas e ideas que los une, cosa que
traslada el sentido de comunidad, de la proximidad y el compartir de un espacio
común a un espacio virtual.
Las limitaciones son claras, ya no percibimos
las cosas mediante nuestros cinco sentidos en un primer plano, sino que
mediante una ventana se filtra el contacto con la sociedad y con la naturaleza,
por ende los sentidos pasan a un segundo plano, ya que la web nos acomoda el
mundo y nos ofrece una manera predeterminada de verlo.
La necesidad de comunicarnos a larga
distancia acortó la calidad de las comunicaciones directas, cara a cara. El
fenómeno de las redes sociales en la web, alejó las relaciones interpersonales y las
cargó al internet mermando continuamente la necesidad de establecer nexos más
quinestésicos. Se trasladaron hábitos y códigos de conductas al mundo virtual,
se es amigo, pareja y pariente mediante un “clic”. Por ende este mundo paralelo
conlleva a millones de usuarios a desprenderse de lo real y dedicarse sólo a la
administración de notificaciones.
Las empresas bajo el desarrollo tecnológico
intentan sustituir a la naturaleza mediante una aproximación que crea falsas
sensaciones, vendiendo imágenes de la misma en HD como “reales”, en la
explotación turística de lugares naturales vendiéndolas luego como “espacios
Vírgenes”, en la explotación de un manantial para luego vender el agua como
“pura”, y así sucesivamente hasta llegar
a las innovaciones 4D donde la necesidad de interacción en primer plano se satisface
netamente mediante lo artificial.
Los seres humanos somos parte de la
naturaleza, y a veces pareciera que somos ajenos a ella. Simplemente, no
perdamos nuestros sentidos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario