domingo, 11 de agosto de 2013

No perdamos nuestros sentidos

Pareciera que en la actualidad, la necesidad de comunicación de navegadores web no tiene límites, condicionados a un espacio donde el cerebro mediante una pantalla entra en interacción con un entorno netamente virtual, coartando la posibilidad de que el cuerpo este verdaderamente en contacto con la realidad, o en un sentido menos abstracto, con la naturaleza y el hombre.


Las relaciones sociales se han limitado a la interacción mediante páginas web, supeditadas a reglas que condicionan la relación entre individuos, lo cual paradójicamente da lugar a un hecho: La liberación de la expresión individual en un mundo globalizado pero limitado por reglas e instrumentos que codifican la comunicación social.

La liberación de la expresión individual lo vemos por ejemplo en los perfiles personales de innumerables páginas o sitios en internet, donde las personas manifiestan todo aquello que desean mostrar a los demás. Incluso el narcisismo se ha vuelto cotidiano, donde la popularidad va de la mano con la exposición física de nuestra persona y con ciertas ilaciones lógicas que nos hacen parecer inteligentes.

En base a lo anterior, sujetos comunes se reúnen en espacios virtuales y crean comunidades, refugiándose de aquellos que son diferentes, compartiendo puntos de vistas e ideas que los une, cosa que traslada el sentido de comunidad, de la proximidad y el compartir de un espacio común a un espacio virtual.

Las limitaciones son claras, ya no percibimos las cosas mediante nuestros cinco sentidos en un primer plano, sino que mediante una ventana se filtra el contacto con la sociedad y con la naturaleza, por ende los sentidos pasan a un segundo plano, ya que la web nos acomoda el mundo y nos ofrece una manera predeterminada de verlo.



La necesidad de comunicarnos a larga distancia acortó la calidad de las comunicaciones directas, cara a cara. El fenómeno de las redes sociales en la web,  alejó las relaciones interpersonales y las cargó al internet mermando continuamente la necesidad de establecer nexos más quinestésicos. Se trasladaron hábitos y códigos de conductas al mundo virtual, se es amigo, pareja y pariente mediante un “clic”. Por ende este mundo paralelo conlleva a millones de usuarios a desprenderse de lo real y dedicarse sólo a la administración de notificaciones.

Las empresas bajo el desarrollo tecnológico intentan sustituir a la naturaleza mediante una aproximación que crea falsas sensaciones, vendiendo imágenes de la misma en HD como “reales”, en la explotación turística de lugares naturales vendiéndolas luego como “espacios Vírgenes”, en la explotación de un manantial para luego vender el agua como “pura”,  y así sucesivamente hasta llegar a las innovaciones 4D donde la necesidad de interacción en primer plano se satisface netamente mediante lo artificial.

Los seres humanos somos parte de la naturaleza, y a veces pareciera que somos ajenos a ella. Simplemente, no perdamos nuestros sentidos.

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