miércoles, 11 de abril de 2012

Algunas consideraciones sobre Los Límites de la Teoría Económica


Las teorías económicas en su conjunto, hacen un intento por mostrar la realidad económica de la sociedad, o por así decirlo, eso se intenta.

Mas no es extraño que en el transcurso del tiempo se haya demostrado que tales teorías, mientras hacen un intento por describir la realidad, a su vez, están tan alejadas de la misma, que pareciera que las teorías (algunas de ellas mas que otras) fuesen casos aislados sobre el comportamiento de unos individuos con ciertas características específicas.

Parte fundamental de tales diferencias, reside en la concepción que se tiene sobre el mercado real. Para los fisiócratas por ejemplo, parte de su objeto de estudio es una economía pura de mercado,  con lo cual, si la realidad no llegase a reflejar tal objeto, la teoría sería entonces inútil para explicar la realidad. Es decir, en el caso de que existiera por ejemplo una economía social de mercado (hasta los momentos solo existe un solo sistema económico y es el sistema capitalista de producción, solo se hace referencia al sistema de modo figurativo) entonces la teoría de los fisiócratas tendría que ser desechada.

En realidad el sistema económico existente en nuestros tiempos es monetario de producción para el mercado, o en otras palabras una economía Capitalista. Por lo tanto, la economía pura de mercado conlleva implicaciones muy diferentes a lo que realmente es. Mas no hay que negar que la teoría en general es coherente en sus postulados y en sus axiomas[1].

Popper señala que para el logro de un sistema teórico desarrollado y bien tratado desde el punto de vista lógico es necesaria la continua revisión y modificación del mismo. Por este motivo, expone Popper, que es por el que se tiende a un sistema riguroso al que se le ha llamado “sistema axiomatizado”, donde se reúnen los supuestos necesarios para conformar los enunciados. Estos supuestos son los denominados axiomas, que son elegidos de modo tal que todos los demás enunciados puedan ser deducidos a partir de estos a través de transformaciones lógicas o matemáticas.

Pero al parecer, la posición que toma la ciencia económica, siendo una ciencia empírica, no es la del modus Tollens, sino una que en vez de falsar los enunciados, trata pues de verificarlos (como si empleara implícitamente luego de todo un  proceso deductivo, un final inductivo). Nos basamos en el hecho de, como bien menciona Popper, la razón por la cual se construye un sistema axiomatizado, es para lograr un sistema teórico totalmente congruente lógicamente, de tal manera que pueda ser contrastado en cualquier lugar y tiempo determinado, con el fin de cumplir el principio de contrastabilidad interpersonal.

Pero a su vez lo que exponemos a continuación, es que los axiomas o supuestos en la teoría económica no toman esa postura arriba descrita, su poca contrastabilidad empírica, nos hace suponer que los axiomas, mas allá de cumplir una función lógica con el fin de sumar a la teoría una cualidad contrastadora, justifican las deficiencias de la teoría mediante ilaciones lógicas, evadiendo la posibilidad de falsación.

Existe un factor, que dentro de las teorías económicas, no esta explicado o no se considera cualitativamente relevante (salvo el caso de algunas excepciones), que son los conflictos de clase presentes en la sociedad. Son subjetividades sociales que interfieren en las teorías y que contribuyen a las inconsistencias lógicas del sistema.

Mas allá de ciertas relaciones matemáticas, existen relaciones entre los individuos expresadas por las mismas relaciones matemáticas, pero que a su vez no toman en consideraciones sus implicaciones. Lo que se quiere decir con esto es que la teoría económica, establece mediante relaciones matemáticas, relaciones sociales las cuales, tienen otras implicaciones que no están expresadas en las relaciones lógicas matemáticas, y que el sistema no considera. Por ello existen incongruencias lógicas en la teoría económica, la cual, mediante sus propios recursos no puede explicar ciertos fenómenos.

Históricamente el problema fundamental de la teoría económica desde su fundación, es la explicación de como funciona una economía de mercado puro, pero a su vez quiere explicar la realidad, la cual es una economía capitalista.

En sí, la teoría económica, esta endógenamente determinada, con lo cual esta relacionado con las variables internas que lo constituyen, pero siendo esta congruente en sus axiomas, realiza un planteamiento erróneo de la realidad económica. Conviene aquí recordar la crítica de Marx hacia las explicaciones robinsonianas de los clásicos[2], los cuales intentan explicar los fenómenos económicamente sociales mediante ejemplificaciones racionales de un individuo aislado.

 Marx hace referencia primeramente a que somos seres  sociales por naturaleza, las relaciones económicas son relaciones sociales, con lo cual, es ilógico explicar estas relaciones sociales mediante el razonamiento hipotético de individuos aislados, que si bien, si seguimos el supuesto de que son realmente individuos que viven y razonan fuera de la sociedad entonces no tendrían ni razonamientos ni comportamientos que necesariamente han de adquirirse en dicha sociedad.

Por lo tanto, siguiendo la explicación de Popper, suponemos que realizamos enunciados universales en base al mundo en que vivimos, de tal manera, toda estructuración lógica consecuente deductivamente de dicho enunciado, podrá contrastarse empíricamente en ese mundo en el cual nos basamos, caso contrario es cuando creamos  enunciados universales basados en un mundo hipotético, en este caso la contrastación ha de ser complicada, porque el enunciado universal no corresponde al mundo al que ha de contrastarse, he aquí un punto importante en consideración.



[1] Se describe a las teorías económicas en general, estableciendo que están basadas en el equilibrio general, son  ricas en formulación matemática con abundantes aportes estadísticos, contiene axiomas cuyo contenido a veces es inútil para explicar la teoría económica, sobre todo para evitar o detener la crisis.
[2] Se alude el término robinsoniano al pasaje de Robinson Crusoe.