jueves, 2 de abril de 2015

Costos Asociados al Abastecimiento Seguro en Venezuela

Por antonomasia, en materia económica solemos atribuir la palabra “costo” a una cantidad monetaria determinada, confundiendo costo con precio. Sin embargo, el costo en términos generales, representa el esfuerzo que se sebe realizar y a lo que se debe renunciar para lograr un objetivo. Estos costos son catalogados en tres modalidades, a saber: costos económicos, costos transaccionales y costos de oportunidad.



En Venezuela, la opinión pública y en especial los líderes oficialistas, han enfatizado en considerar solamente los costos monetarios como base para catalogar como “beneficiosa” la compra de productos con precios regulados. Ciertamente, la diferencia entre los productos regulados y los no regulados es muy grande, y ante un salario que va perdiendo poder adquisitivo (dada la inflación), resulta beneficioso comprar bienes a un menor costo económico. Sin embargo, no hay que dejar de lado las consecuencias, muchas veces inadvertidas, de la regulación de precios, y todo lo que verdaderamente nos está costando a los venezolanos vivir con una economía fuertemente regulada.

Los costos transaccionales a la hora de comprar productos escasos

Los costos transaccionales están vinculados directamente con el proceso de intercambio y hacen referencia a todo lo que renunciamos para poder hacer un intercambio. Al momento de realizar una cola y pagamos el equivalente en bolívares por un producto determinado, estamos realizando una transacción. Pero antes de llegar a la caja a entregar los bolívares, incurrimos en una serie de costos no monetarios que de igual manera nos hacen perder algo de nosotros: tiempo y esfuerzo.

Existen diversos Costos Transaccionales, en este artículo se explican y se relacionan con la realidad venezolana cuatro de ellos(fuente: Cantó, leandro. La técnica del Análisis costo – beneficio. Caracas, Venezuela: CEDICE Libertad.)

Costos de información: ¿Cuánto le cuesta a una persona identificar oportunidades de intercambio?

Identificar oportunidades de intercambio hace referencia al conocimiento sobre en qué lugar, a qué precio, y en qué momento alguien ofrece lo que necesito. Si quisiera comprar un celular, tengo que identificar las oportunidades de intercambio y para eso tengo que conocer los establecimientos donde se ofrecen equipos celulares, sus ofertas de precios y sus horarios de trabajo.

Los venezolanos, a la hora de identificar oportunidades de intercambio para comprar bienes regulados, tenemos que realizar un recorrido por diferentes comercios, o estar en comunicación con varias personas (vecinos, amigos, familiares, trabajadores de los comercios, etc.) para saber dónde se encuentra lo que estamos buscando. Este esfuerzo conlleva tiempo, disposición e incluso desgaste físico, ya que es sabido que muchas personas tienen que recorrer establecimientos como el típico católico recorriendo los 7 templos en Semana Santa.

Costos de negociación: ¿Cuánto tiempo y esfuerzo son destinados para lograr el intercambio?

Lograr un intercambio implica llegar a un acuerdo. En economía debe existir una “doble coincidencia de necesidades”, lo que significa que una persona tiene que estar interesada en lo que tiene otra persona y esa otra persona tiene que estar interesada en lo que la primera persona tiene. Sólo así se hace efectivo un intercambio.

Llegar a un acuerdo también implica la negociación del precio, el lugar y la modalidad de pago. En el caso de los venezolanos, por un lado, debemos solicitar permisos en los trabajos para poder aventurarnos a la compra de bienes, lo que implica una negociación con el supervisor inmediato quien debe acceder a la petición dependiendo de las habilidades persuasivas del peticionario. No se negocia directamente con el comerciante, pero existe una negociación indirecta vinculada a la compra de bienes escasos. Por otro lado, en Venezuela ha surgido el trueque como medio de intercambio para conseguir los productos que no son ofertados en los establecimientos comerciales y esto también implica un costo de negociación; y se trata de negociar cuánta cantidad de un artículo en específico se intercambia por otro. Por ejemplo, si tenemos un paquete de azúcar y lo queremos intercambiar con otra persona por un paquete de café, ésta persona puede pedir no un paquete sino dos de azúcar lo que puede parecernos injusto e implicaría buscar otra persona para realizar el intercambio o comenzar un proceso de negociación.

Costos de ejecución: ¿Cuánto tiempo se espera para efectuar una transacción?

Estos costos están asociados al tiempo que se requiere para culminar un contrato de intercambio. Las transacciones se hacen efectivas cuando cada quien recibe su parte, cerrándose el trato. Por ejemplo: en materia de servicios, la transacción se termina cuando un electricista finalmente termina de hacer su trabajo, o cuando el mecánico termina de arreglar el vehículo.

El tiempo que tarda una persona desde que selecciona -o le imponen- los productos que desea -o no le queda más remedio que- adquirir hasta culminar su compra de bienes regulados es extenso. El venezolano tiene que realizar grandes colas para efectuar una compra, sin tomar en cuenta un conjunto de procedimientos y condiciones que van desde la selección arbitraria del día en que una persona puede ir a hacer mercado hasta la verificación de la nacionalidad a través de la solicitud de partidas de nacimiento

Este es un factor importante ya que el tiempo es un recurso no renovable, y a medida que pasan nuestros años vamos dándole una mayor valoración. Podemos hacer referencia a expresiones como “pérdida de tiempo” con la cual estamos haciendo referencia a un costo.

Ante una necesidad latente de adquirir productos de la cesta básica, las personas pierden libertad para elegir cómo emplear su tiempo y tienen que (quieran o no) sumarse a una extensa cola para adquirir un producto que se está pagando.

Costos de cumplimiento: ¿Cuántos recursos emplea el Gobierno para garantizar la venta “justa” de bienes regulados?

Un gran despliegue militar y policial es distribuido diariamente en los establecimientos comerciales para garantizar que el precio al que se está vendiendo los artículos regulados es efectivamente “el precio justo” y para cerciorar que los productos asignados fueron vendidos en su totalidad. También implica el mismo despliegue de actores con la finalidad de ejercer control directo sobre las plantas productoras, quienes además no pueden mantener ningún tipo de inventarios (mercancías en sus almacenes). El costo de la regulación es elevado, sobre todo cuando la reventa se ha convertido en un gran negocio debido a la escasez de productos. Esto conlleva incluso a procesos rigurosos como el seguimiento de las compras que hacen las personas, la enumeración de las mismas o la solicitud de su cédula de identidad como garantía de no haber comprado anteriormente.

Otro tipo de costos: Costos de oportunidad

Este costo mide qué es lo que se pierde o se deja de ganar al tomar una decisión y no otra. Por ejemplo, si decidimos ir al cine tenemos como costo de oportunidad atender las responsabilidades del hogar, estudiar (si eres estudiante) o adelantar algo de trabajo. O hacemos una cosa o hacemos otra pero es imposible hacer ambas en un espacio determinado de tiempo.


Evaluar el costo de oportunidad que implica “el abastecimiento seguro” es complejo. Hay que determinar a qué acciones, diligencias, ocupaciones y/o responsabilidades renuncian las personas al decidir ir de compras. Lo anterior puede ser contradictorio ya que en vista de la escasez de bienes en nuestro país, las personas más que decidir, están obligadas a realizar la compra de bienes ya que la expectativa de los mismos es que a futuro desaparecerán o no estarán a disponibilidad del público.

Podríamos decir que al evidenciar que las personas “prefieren” hacer una cola, el beneficio obtenido al comprar productos regulados de la cesta básica es mucho mayor a sus costos asociados. Sin embargo, no comer deja de ser una opción para quienes quieran evitar perder el tiempo en una cola y por lo tanto, lo anterior sería una falacia. A pesar de los costos, debemos satisfacer nuestras necesidades básicas para sobrevivir, lo que implica hacer colas para comprar comida.

El poder de elección desaparece y queramos o no los venezolanos estamos incurriendo en costos que no se evidencian a corto plazo, pero son perjudiciales a futuro; dedicarse a comprar alimentos implica dejar de hacer muchas cosas y si todos nos dedicamos a eso pues muy pocos se dedicarán a producir, agravando cada vez más la escasez.

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